martes, 3 de junio de 2014

Responsabilidad periodística

El Deshabitado

Jueves, Mayo 15, 2014

Por supuesto que la demanda de la Procuraduría General del Estado contra un periodista y la directora de La Razón tiene que ser tratada en el marco de la Ley de Imprenta, sin embargo, debemos reconocer que no supimos sopesar  ni que se le dio el tratamiento responsable al contenido de lo que teníamos entre manos y, sobre todo, debemos reconocer que sí se cometió una falta periodística.

Corrían los años 90s y en la Agencia de Noticias Fides (ANF), el equipo económico logró la “pepa”, con documentos y todo, sobre la quiebra del Banco Boliviano Americano (BBA) ligado a dirigentes y familias del MNR. Los periodistas nos contactamos y logramos, de forma sigilosa, repercusiones en todas las fuentes. Empero, nuestro jefe de prensa, Walter Patiño, nos pidió “tranquilidad hasta que se coordine con el padre”.

Más tarde, cuando todos llegamos a la redacción, el señor Director, padre José Gramunt de Moragas, convocó a todos sus periodistas y, personalmente, cerró la puerta de su oficina. Allí dio los detalles del tema y nos remarcó que la ANF no realizaría ningún trabajo sobre el caso “porque se podía poner en peligro todo el sistema bancario y financiero nacional, además que se podía provocar una corrida financiera de consecuencias fatales para el país”.

Todos nos quedamos con los crespos hechos, pero asumimos la palabra y el consejo de nuestro Director y jefe de prensa, pese a que estábamos listos para “informar” a la población y “destrozar”, periodísticamente hablando, al partido en función de gobierno. Sin embargo, dejamos todo en el tintero porque comprendimos que se trataba de una situación muy compleja para el Gobierno, pero especialmente para toda nuestra sociedad. Meses más tarde, el escándalo estalló con consecuencias previsibles.

Luego, en una de las habituales reuniones semanales de coordinación, el padre Gramunt se refirió al tema indicando que habíamos perdido una “pepa”, pero habíamos ratificado e incrementado el prestigio, responsabilidad y, créanlo o no, la credibilidad de la ANF al no publicar la quiebra del BBA. “Él había dialogado con las personas y niveles correspondientes”.

Este es un ejemplo, de la vida real, de cómo deben reaccionar los periodistas ante situaciones de esta índole y como se debe ser responsable con la sociedad, velar por el interés nacional y no solamente para con el contrato que nos liga a la empresa periodística, el “gustito de patear” o mostrar que tenemos buenos contactos.

Al respecto, la Constitución Política del Estado en su  Art. 107. Parágrafo II. indica:  “la información y opiniones emitidas a través de los medios de comunicación social deben respetar los principios de veracidad y responsabilidad. Estos principios se ejercerán mediante las normas de ética y de autorregulación de las organizaciones de periodistas y medios de comunicación y su ley”.

Pero acciones como la realizada por el director, jefe de prensa y redactores de la ANF (de aquellos años) sólo la conciben y ejecutan periodistas que tienen décadas de experiencia de cobertura de fuentes, de calle, sudor, sacrificio y apostolado con su profesión y no de escritorio, tertulias, cafecitos, risitas socarronas de supremacía intelectual, complicidad de sus corifeos y miradas desde arriba hacia la sociedad.

Toda esta rememoración viene a colación sobre lo sucedido en los últimos días, con la demanda presentada por la Procuraduría General del Estado contra un periodista y la directora de La Razón; cuántos problemas nos evitaríamos si siguiésemos las buenas costumbres y prácticas del buen periodismo.


Es muy lamentable que tengamos que llegar a estos extremos para autocriticarnos y reconocer que nos equivocamos, asimismo, remarco que el caso deber ser tratado por el Tribunal de Imprenta y es en esa instancia que los responsables de esa irresponsabilidad deben ser castigados con la mayor severidad posible (¿?), lo que nos conduce a la necesidad y certeza de actualizar y modernizar esa nuestra norma. Insisto en que la propia Constitución indica que estos casos deben ser tratados por la Ley de Imprenta (“y su ley”).
MAR

El miedo obliga a razonar

El Deshabitado

Viernes, marzo 7, 2014

El ser humano, siempre tuvo, tiene y va a tener miedo de diversos aspectos de su sino como raza, pero también tiene temor de cosas que le rodean y se suceden cotidianamente como del silencio y dialécticamente del exceso de ruido. Mira el cielo y un relámpago y un trueno lo sobrecogen o basta que se lo abandone en la selva, el altiplano o el mar para que vuelvan sus sentimientos más atávicos y contra su voluntad comprenda que es un ser insignificante ante la grandeza y el infinito de la naturaleza y tenga miedo.

Y aún dentro de las grandes ciudades, que no son otra cosa que unas selvas de cemento, el ser humano sigue viviendo un miedo muy natural y sano que le obliga a cuidarse y no perder la razón.

En lo personal y desde pequeño mi señora Madre me remarcaba que siempre hay que tener miedo del agua, el fuego y el viento “porque pueden enojarse”. Ahora tengo muchos años y sí, tengo miedo de muchas cosas.

Estos días volví a sentir miedo y temor, esta vez político, al ver las fotografías del jefe de “los sin miedo” y del líder del Movimiento Demócrata Social estrechándose sus manos y sonriendo para las cámaras de los periodistas que, ¿tienen responsabilidad?, no cuestionan ni preguntan, sólo aceptan lo que les dicen y listo.

Ya sé, y lo viví, que en política todo es posible, que se pueden cruzar los ríos de sangre sin mayores problemas; que el tercero sea ungido como el primero; que los delitos sean aceptados como simples errores, “que no estamos dentro ni fuera del gobierno, sino todo lo contrario”; que en el pasado el banzerismo haya ganado unas elecciones en los centros mineros y que el dictador lave la sangre de sus manos y logre ser presidente constitucional y democrático de Bolivia.

También sé que el maletín negro puede cambiar todo y que inclusive se puede construir una gran vía sobre la cloaca en que hemos convertido al Choqueyapu.

Últimamente aprendí que, en el afán de sumar, se puede dialogar con los verdugos de ayer, olvidando el pasado, pero ver al abogado y alcalde sin miedo abrazarse con el racista, separatista y odiador de todo lo que significa el occidente del Estado, además de miedo me causo aversión.

¿Cómo es posible ser “socio” de ese individuo que por política entiende el insulto? o ¿acaso no es el mismo que dijo eso de la raza maldita, del separatismo y racismo?

No entiendo los factores que obligan a los sin miedo a buscar amistades políticas con sus némesis: ¿será que mi amigo Juan, tiene miedo del paso del tiempo y quiere jugar sus últimas cartas políticas no importando con quienes esté sentado?; ¿son los altos intereses de la Patria, los que le obligan buscar esa clase de socios políticos o es que para derrotar al MAS y al presidente Morales no importan los medios sino el fin? Aún así, no hay que olvidar que en política hay algunas sumas que restan y que el tiempo político no es similar al tiempo real.

¿No era mejor mantener la identidad política, consolidar el liderazgo en la sede de Gobierno, avanzar a las laderas y área rural del departamento de La Paz, además de seguir construyendo, con algo de miedo, un proyecto político que rompa los linderos del Chuquiago Marka y, por lo menos, tratar de convertirse en un líder nacional?, el resto vendría por inercia acompañado por un buen marketing político.

¿No está poniendo en riesgo todo lo que hizo cuando desde la comuna paceña recuperó la esperanza, la institucionalidad, el trabajo digno y el afán de hacer las cosas bien?

¿Cree, por ventura, que los paceños le perdonarán semejante desatino, no teme perder soga y cabrito? Ya las luces rojas se encendieron cuando en Sucre dijo que hay que revisar el tema de la capitalidad; el león, la alpaca, la vicuña, el cóndor y el Illimani, además de otros apus y achachilas fruncieron el seño y le lanzaron una mirada de sorpresa, curiosidad y advertencia.

En determinada coyuntura, es muy arriesgado jugarse el todo por el todo y los sin miedo deberían analizar con más criterio lo que les están susurrando algunos medios de comunicación, varios periodistas, politólogos y comentaristas interesados en “mover la vida política nacional”, porque puede que los estén impulsando a la pérdida de su identidad, legalidad y legitimidad política, precisamente donde creen que es su fuerte, la ciudad y la clase media de La Paz.


Caso contrario, situación que también puede suceder, si se impone nuevamente el cínico y descarado pragmatismo político, creo que realmente “jodidos, jodidos estamos todos”.
MAR

¡BLOQUEOS!

El Deshabitado

Sábado, enero 4, 2014

Décadas atrás, el bloqueo de caminos era una última y desesperada medida del pueblo para sensibilizar y hasta derrocar, al poder establecido, era el grito que acompañaba las heroicas acciones de los asalariados cuando iniciaban las presiones contra el gobierno dictatorial de turno, pero luego, como casi todas las cosas, idearios y paradigmas, fue asumido por la derecha y utilizado en sus aventuras como en el golpe civil prefectural, las intentonas separatistas, el racismo que se ejerció contra los campesinos en Sucre, el asalto a la Constituyente, las huelgas de hambre de los “clase medieros de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, además del movimiento de los pañuelitos blancos.

Hoy es utilizado como aguerrida bandera por los empresarios del transporte que amenazan a los ciudadanos de todo el Estado con un bloqueo de caminos nacional y un paro indefinido “para imponer” el incremento en los precios de los pasajes a todo nivel, desde los interdepartamentales hasta los urbanos en nuestras ciudades. Verdaderamente es un sin propósito.

Estos empresarios privados pretenden imponer su voluntad e infinito afán de enriquecimiento rápido a costa del ciudadano que, en última y primera instancia, es el titular y representa el ejercicio pleno de la democracia, por lo menos de esta que vivimos.

Lamentablemente, las alcaldías, por lo menos la de La Paz, prefirió el cálculo electoral antes que la defensa de la economía popular, mientras que la ATT clavó un puñal en la espalda del pueblo y del propio Gobierno al aprobar el incremento de hasta el 20% en las tarifas interdepartamentales.

Puede ser cierto que estos empresarios precisen un incremento en sus ganancias, pero también tienen que reconocer que en contraposición tienen que ofrecer un buen servicio,  eficiente y de calidad, aspectos que se hacen extensivos al vehículo como al  conductor, a quien no le podemos reclamar nada por su salud mental, pero sí por lo menos un poquito de higiene, entre otras cosas.

Parece que la ATT no midió las consecuencias políticas, económicas y sociales, además de la vigencia de un año electoral, al aprobar el aumento señalado, ya que cualquier modificación en el transporte inmediatamente se refleja en el precio de los artículos de primera necesidad por su efecto multiplicador.

Empero, el transporte interdepartamental tiene igual o más objeciones que el urbano porque su parque automotor es vetusto,  no cumplen los horarios establecidos, no funcionan los baños, los vidrios están atascados y hay que soportar el calor o el frío estoicamente, los choferes siguen bebiendo mientras conducen, meten pasajeros en las maleteras y, en general, el servicio es malo, pero al igual que los empresarios del transporte urbano se atreven a amenazar a la población.

Era un servicio, no una actividad empresarial privada
Décadas atrás, sólo circulaban por nuestras estrechas calles, cómodos y hasta lujosos colectivos dirigidos por seres humanos que tenían como prioridad la atención al pasajero, a la colectividad y no el afán de lucrar a costa, inclusive, sin importarles la vida de los transportados.

En esos años, ellos mismos se controlaban, en coordinación con los agentes de Tránsito, tenían horarios y “comisarios” que cuidaban que los motorizados no tarden más de lo establecido para una determinada ruta y había sanciones.
Hoy hacen lo que les viene en gana. Una línea de trufis y minis está vigente sólo si es rentable, los automotores desaparecen  en las noches, feriados, sábados y domingos.

Son tan creativos y astutos, estos empresarios, que crearon lucrativos circuitos como el que cumplen desde el Ministerio de Salud hasta el Estadio Bolívar, volver por Bello Horizonte y así dar mil vueltas llenándose los bolsillos de dinero, mientras los vecinos que viven en Pasankeri, Satélite y El Alto no tiene a quién quejarse y sumisos aceptamos el yugo empresarial. Ejemplos como este abundan en las otras zonas y barrios de la sede de Gobierno.

El último accidente en la autopista nos muestra como estos irresponsables compran sus licencias de conducir y rosetas de inspección técnica en cantidad y en complicidad, por supuesto, de las autoridades de Tránsito, mientras el ciudadano pasa a mejor vida sin pena ni gloria.

Cuándo nos pisaron el poncho
Fue cuando la ciudad creció y El Alto dejo de ser un barrio más de La Paz. Fue cuando el neoliberalismo sentó sus reales en Bolivia. Fue cuando el mercado y la libre competencia permitieron que cualquiera sea chofer dejando de lado el nobiliario título de “maestro conductor”. Fue cuando permitimos que la oferta y demanda manejen nuestras vidas. Fue cuando por la premura para llegar a destino permitimos que nos conduzcan como borregos.

Así fue que permitimos el quinto pasajero. Así fue que permitimos que vehículos diseñados para transportar nueve personas carguen 15 sin contar “la espaldera”. Así fue que permitimos la vigencia de los “minis” que en lugar de transportar seis pasajeros, carguen hasta nueve. Así fue que permitimos los “banquitos de madera”.

“Antes” se coordinaba con las juntas vecinales y la Dirección de Tránsito la vigencia de las líneas y nadie podía inaugurar otras sin el permiso correspondiente, hoy calle nueva que se habilita es invadida por estos empresarios sin que autoridad ni poder vecinal pueda hacer algo.

Son los mismos que, de acuerdo a si está llenos o no sus vehículos de “pavos”, como acostumbran llamarnos, deciden volver nuestras callejuelas en circuitos de competencia o esperar a llenar sus movilidades, sin importarles cumplir un horario, una ruta, una tarifa, un servicio.

Lo que más les interesa es medrar a través de las rutas cortas y lucrativas dejando para nadie los tramos largos.

Su cinismo y sinvergüenzura es tal que colocan avisos en sus motorizados solicitando “movilidades para línea rentable” solo porque a ellos les parece que la ciudad precisa una nueva línea de locos.

De este caos, todos somos responsables, los gobiernos por no crear fuentes de trabajo estables y dignas, permitiendo que el transporte vuelva a ser un servicio y no un negocio, las autoridades por no reglamentar el transporte público en general y nosotros, los ciudadanos, por permitir ese caos.

Empero, parece que llegó la hora de recuperar nuestra dignidad y nos enfrentemos, en el buen sentido de la palabra, a estos empresarios privados del transporte hasta las últimas consecuencias y los metamos en cordura.


Es hora que los vecinos, la gente, el pueblo diga basta y enfrente a los empresarios privados del transporte, inclusive por encima de algun@s periodistas que ahora, curiosamente,  los apoyan.
MAR

ENTRE HACER Y NO HACER

El Deshabitado

Viernes, octubre 25, 2013

Resta casi un año para la realización de las elecciones generales del 2014, pero los partidos políticos

 ya empezaron a empapelar las ciudades e inundar los medios de comunicación con propaganda, habría que recordarles que no por mucho madrugar, amanece más temprano.

De todos modos y esto hay que decirlo, el MAS, pero especialmente, el Presidente están en campaña desde hace seis años. Impedírselo, imposible, es su forma de hacer política y, personalmente, me parece correcta, aunque para la oposición no debería hacerse nada y simplemente dejar hacer y dejar pasar.

El MAS tiene que hacer gestión y avanzar en la implementación del nuevo texto constitucional y los cambios hasta consolidar el Estado Plurinacional de Bolivia. Eso, obviamente, que no es del agrado político de sus adversarios, pero es una esperanza para el pueblo boliviano.

Que no se olviden los analistas y políticos, los de antes y los de ahora, que el poder hay que ganarlo, consolidarlo y reproducirlo; ¿acaso no hicieron eso, todos ellos con las uniones más abyectas que se pueda imaginar?

Les recordamos algunas aberraciones democráticas: el funcionamiento de la banda de los cuatro en la Corte Nacional Electoral, la política del entronque, el pacto por la democracia, el acuerdo patriótico, la megacoalición, coca por desarrollo, la privatización, la capitalización y otros que están marcados en la historia nacional.

Los adenistas, miristas, movimientistas, ucesistas, helenos, camisas rojas, emebelistas, condepillos y hasta sindicalistas de vieja laya tendrán que reorientar sus intereses, hablar con el pueblo y lograr algo coherente para enfrentar este proceso de cambio que tampoco le pertenece al MAS sino a todos los y las bolivianas porque lo que estamos viviendo no es más que la explosión del proceso de acumulación política y de insatisfacción que arrastra Bolivia desde su fundación y que ahora es atendida, aunque sea de forma parcial.

Cierto es que en el MAS hay corruptos, pícaros y canallas que se están aprovechando del poder y de la coyuntura, pero ahí deberíamos estar todos para denunciarlos y  buscar que los castiguen, por lo menos con la censura social.

De todos modos, estoy seguro que el MAS ganará los próximos comicios electorales, no sé si con el 74%, pero que ganará, ganará y el resto tendrá que aceptar que los indios y sus hijos hayan salido del sótano, llegado al comedor y empiezan a subir a los dormitorios para quedarse muchos años en el poder.

Lamentablemente, para la democracia y el pueblo boliviano, no se cuenta con una oposición capaz de enfrentar al MAS con programas serios y que vean el Estado Plurinacional a corto, mediano y largo plazo. Lo único que se tiene son líderes regionales sin proyección nacional y muchos pequeños reyezuelos locales. Lo triste es que esos actores políticos no logran unirse debido a sus visiones políticas totalmente diferentes sobre el país e intereses personales.

Esta efervescencia electoral también toca a los medios de comunicación y a todos los trabajadores de la prensa, quienes consciente o inconscientemente, hacen política en función al carácter y naturaleza de la propiedad de su empresa respondiendo más a ésta y a sus intereses que a su responsabilidad para con la sociedad y la democracia.


En descargo habrá que ratificar que son escasas las posibilidades de trabajo y que todos necesitamos llevar el pan de cada día a nuestros hogares lo que condiciona la libertad de expresión y el derecho a la información de tod@s los bolivianos.
MAR

LA AUTOCRÍTICA SIRVE PARA AVANZAR

El Deshabitado

Miércoles, septiembre 25, 2013

Más allá de lo que indiquen los operadores políticos y mediáticos del Gobierno, el pasado paro cumplido por los paceños, tiene que ser una alarma para el MAS y, sobre todo, para el presidente Evo Morales con miras a las próximas elecciones generales del 2014.

Y es que cada vez más, la clase media, no sólo de La Paz, sino de todo el país, se aleja del proceso que vivimos, ya sea por su naturaleza política intrínseca, incomprensión de las transformaciones que se están realizando, ataques sin sentido del Órgano Ejecutivo y la forma de actuación y comportamiento político de paracaidistas, vivillos y otros canallas que actúan y hablan a nombre del MAS y del presidente Morales Ayma en todas las instancias que pueden, sobretodo, en la administración del aparato burocrático estatal.

El paro de los “chucutas” tiene que ser interpretado políticamente por el Presidente como una reacción a la constante preferencia que se tiene con el interior del país e inclusive El Alto con relación a la hoyada, también como una oposición política que están alimentando y que puede pasar factura en los comicios del 2014.

Actos cívicos y protocolares que antes se realizaban en la sede de Gobierno, ahora se cumplen en Santa Cruz y, especialmente, en Cochabamba, importantes industrias también fueron situadas en la capital del Valle en desmedro de los intereses de los otros departamentos, eso no está mal, pero política y electoralmente se tiene que tener más cuidado.

En los últimos meses, los masistas que podían representar a la clase media de la hoyada se perdieron en la vorágine política, a tal punto que en la actualidad el MAS no cuenta con un legislador y/o miembro del Ejecutivo que pueda levantar las banderas de la clase media paceña y unirlas a las del Proceso de Cambio.

No se puede, como en las otras ocasiones, minimizar el accionar político de ese estrato societal a partir del número de los habitantes de las laderas y su conciencia política; se tiene que contar con la lucidez política y electoral para reconocer que pese a la intensa tarea de los aparatos políticos y mediáticos del MAS, la clase media paceña razona bajo otra lógica y aún conserva su influencia en todo el territorio nacional, situación que tiene que ser comprendida y enfrentada como tal por el Gobierno.

Además de agradecer la inoperancia política de la oposición se debe pensar en reconquistar la hoyada, especialmente a su clase media para que vuelva a marchar como lo hizo en el pasado: al lado de una insigne dama como Ana María Romero de Campero.

Merecen unas líneas más esos delincuentes pragmáticos, astutos, pero mediocres que gracias al padrinazgo de una figura política del MAS incursionan en la administración estatal buscando ventajas individuales, llegando a portarse como en los viejos tiempos de la partidocracia: colocando en cargos importantes a sus amigos y familiares, realizando contratos y consultorías para los mismos, beneficiándose del poder, ocultando e incrementando la corrupción.

Que sean mediocres no quiere decir que sean tontos, son muy inteligentes, especialmente para hablar a nombre del Cambio, pero en función a sus bastardos intereses individuales, usan su sentido común para que todo cambie y, al mismo tiempo, nada se modifique. Odian a los masistas y evistas, pero no lo dicen y siempre están conspirando para eliminarlos, buscan la compañía de sus iguales para solazarse en su nivel, auto alabándose en pequeños grupos o grandes rebaños, miden su apoyo al Proceso en horas/esfuerzo sentados cómodamente en sus apoltronados sillones y viendo la forma de complacer los deseos de sus jefes, antes que contribuir, por lo menos por sus elevados sueldos, al movimiento político que vive el Estado.

Más que apoyar al Presidente están preocupados en hacer negocios y enriquecerse, acosan a los funcionarios política, social, laboral y hasta sexualmente sin importarles las reacciones que sus conductas pueden provocar.

Estos pequeños reyezuelos se empoderaron del poder y están haciendo mucho daño al Proceso escudados en su supuesto apoyo al Presidente, muchos de ellos pertenecían y son aún fieles a los otros bandos, pero hoy son los radicales que cumplen la sentencia que remarca que en política hay sumas que restan.

Pero, volviendo al tema principal, no basta que El Alto se autoidentifique con el MAS y que el área rural sea “evista” por naturaleza, concepto y definición, es el momento oportuno para realizar una profunda reflexión y volver a conquistar la ciudad de La Paz con miras a las elecciones generales del próximo año.

MAR