miércoles, 3 de octubre de 2018

Derrotados. ¿Nosotros?


Al final se unieron varios componentes para que el Tribunal de la Corte Internacional de Justicia de La Haya rechace la solicitud nacional de instar a Chile a negociar una salida soberana al océano Pacífico para Bolivia.

No podemos olvidar la omnipresente coyuntura geopolítica mundial, la no disimulada influencia de los Estados Unidos, en todos los ámbitos,  y, sobre todo, en  sus satélites en América Latina, especialmente, Chile y su clase gobernante que no es lo mismo que el pueblo chileno.

Tal vez, nos ilusionamos mucho y no contemplamos que ese tribunal, por muy justa que sea nuestra demanda, no podía ni podrá abrir una puerta para que similares problemas entre países sean recuperados del pasado.

Sin embargo, no se trata de una derrota diplomática, menos política como el gobierno chileno y sus amigos en nuestro Estado pretenden, ahora, instalar en la agenda continental.

Bolivia, el gobierno del presidente Evo Morales Ayma y el pueblo boliviano lograron, por primera vez, en su historia, sentar al gobierno chileno y a la diplomacia de Portales en el banquillo de los acusados en La Haya, pero sobre todo en el escenario mundial. Les recordamos que ese tratado fue impuesto y que no se cumple por la parte chilena.

Y aún en este panorama, el Tribunal de la Corte Internacional de Justicia dejó en claro que Bolivia nació con una costa marítima de más de 400 kilómetros sobre el océano Pacífico que fueron usurpados por la fuerza de las armas chilenas y los intereses económicos anglosajones. Que Chile invadió nuestro territorio sin siquiera una declaratoria de guerra, que el Tratado de 1904 no resolvió los temas pendientes para un acceso soberano de Bolivia al mar y que para resolverlo debe primar el diálogo.

Hay que destacar el posicionamiento moderado de la oposición, salvo algunos destemplados como un expresidente vinculado al narcotráfico y los del 21F que no entienden que la mediterraneidad nacional es un tema de Estado y que debe ser asumido en esa dimensión.

Hay que recordar que en la última sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, nuestro presidente Morales Ayma, recordó a su similar norteamericano que no respeta la democracia, sino cuando conviene a sus intereses imperiales, de violar los derechos humanos, invadir países, atropellar el multilateralismo y destruir el medio ambiente de forma descarada.

Días más tarde, Trump se reunió con el presidente chileno y hablaron de Bolivia, de nuestra demanda en La Haya, de que Chile “es uno de los países más bonitos del mundo (…) que tiene una de las grandes líneas costeras del mundo, no les falta costa, no les falta océano”.

El lobby chileno fue tan indignante que su Presidente buscó agradar a Donald indicando que Chile está en el corazón de Estados Unidos y que su bandera nacional  también. Chile y sus actuales gobernantes son los mejores aliados de Donald en América Latina.

El empresario chileno le dijo a Donald que Bolivia es respondona, que sus dirigentes ya no obedecen instrucciones de afuera y que es bueno empezar a minar la imagen de Morales Ayma a nivel internacional y nacional viendo las perspectivas eleccionarias de 2019.

Obedeciendo a su adn diplomático, el gobierno chileno pretende un diálogo inmediato bajo su lógica que el Tratado de 1904 resolvió todo lo referido a Bolivia y añaden que todo sería mejor, si el presidente ya no es Evo Morales Ayma.

Pero, se olvidan que por más de 500 años, diferentes imperios han tratado de doblegar a aymaras, quechuas, guaraníes y a los otros pueblos que ahora conformar el Estado Plurinacional sin lograrlo, y que los actuales bolivianos poseemos esa resistencia, esa tenacidad, esa convicción y la determinación de morir antes que esclavos vivir y que algún día volveremos al Pacífico.

Para empezar, recordemos que nuestros aymaras y quechuas ya invadieron silenciosa e irremediablemente el norte chileno y que en el sur de Perú sienten el latir nacional. La diplomacia de los pueblos ha avanzado y habrá que profundizarla.

En lo formal tenemos que asfixiar el norte chileno desviando nuestras importaciones y exportaciones por puertos peruanos, además de Puerto Busch  y la implementación inmediata del tren bioceánico.

Par y paso nuestra economía deberá continuar creciendo con lo que vendrá también el potenciamiento militar y la influencia y gravitación de nuestros pueblos en el acontecer latinoamericano y mundial.

Rendirnos nosotros…que se rinda La Haya…

El Deshabitado